Estamos viviendo una época donde el amor digital es el protagonista de la mayoría de las relaciones y es cada vez más común utilizar plataformas de emparejamiento por ejemplo Tinder, Meetic o Badoo, que extienden las oportunidades o alternativas que siempre habíamos tenido ahora a gran escala. Pero ¿cómo la tecnología ha cambiado la forma en que nos enamoramos?, ¿cuántas parejas has conocido que se conocieron en Tinder o que se han reencontrado por el Facebook o que han terminado una relación por Messenger o que mantienen su relación gracias al Whatsapp?
Sin duda el contexto y la forma que vemos el amor cambia en cada época; los sociólogos y economistas mencionan que hemos cambiado de una economía de producción a una de servicios, y esto lo podríamos relacionar con las nuevas formas de cortejo. Ahora es suficiente mover una foto de izquierda o derecha para conseguir un “match”, mandar un emoji o inbox para conseguir una conversación, dar likes o superlikes para obtener un saludo.
A pesar de todo, el ritual es básicamente el mismo, usas tu mejor foto, sonríes, mandas textos de risas y te muestras interesado en la conversación. Los sitios de citas o de presentación no cambiaran eso, pero lo más importante no cambiaran a quien escoges para amar. Las personas solteras quieren conocer una pareja antes de casarse y la similitud los atrae, si son de la edad, si tiene sentido del humor, si es atractivo físicamente y un sin número de características que podríamos pedir para esa persona ideal.
Lo que lo hace también peligroso es la ambigüedad en que se puede manejar estas relaciones. Ahora no se busca consistencia, se quiere algo reconfortante y con libertad suficiente para seguir conociendo personas. Sobre este concepto, podrían surgir diferentes catástrofes como un secuestro express o extorsiones. Es importante ser muy cauteloso y no seguir el deseo de la unión cósmica por el todopoderoso sitio de parejas.
la ilusión digital nos permite el enamoramiento de un ideal que no es siempre el que realmente está tras de la pantalla, es el azar que muchas veces puede ser una barrera o una escapatoria por sentir que no podemos interactuar o socializar con el otro de forma directa; este puente de comunicación también puede convertirse en nuestra mayor barrera.
Muchos saludos y nos vemos pronto irónicamente por este medio digital.