En Medicina se conocen los trastornos somatomorfos desde hace siglos, una de las primeras referencias escritas es la histeria cuyo origen griego (hysterum) significa útero. Se pensaba que era un órgano capaz de desplazarse por el cuerpo experimentando síntomas como sofocación o convulsiones.

Los trastornos somatomorfos se caracterizan por presentar síntomas gastrointestinales en combinación con sexuales, seudoneurológicos (es decir que parecen ser de origen neurológico pero no es así) y principalmente dolor inespecífico. Generalmente una persona con una enfermedad somatomorfa o hipocondriasis refiere debilidad muscular, amnesia, pérdida de la conciencia (desmayo) o náuseas e hinchazón abdominal por lo que suelen ser diagnosticados con síndrome de intestino irritable o colitis nerviosa o con hallazgos de laboratorio inespecíficos. Estos síntomas no se explican completamente por alguna enfermedad médica conocida o el efecto directo o indirecto de alguna sustancia o droga (es decir les dicen que no tienen nada, que sólo son sus nervios o que está exagerando).

Las personas hipocondriacas describen sus síntomas de forma llamativa o exagerada. En mujeres puede haber menstruaciones irregulares, dolor durante el coito y en hombres disfunción eréctil o indiferencia sexual.

En algunas regiones en India los hombres que padecen eyaculación precoz o impotencia sexual refieren tener pérdidas de líquido blanquecino en la orina; tienen la idea de que están filtrando semen en la orina, lo llaman síndrome de Dhat; en su cultura, el semen se conoce como un fluido vital y su descarga durante el sexo o masturbación excesiva se asocia a marcados sentimientos de ansiedad.

Estos trastornos tienen en común con la hipocondriasis que las personas describen múltiples quejas sin explicación médica de enfermedad.

Como vemos los seres humanos desde tiempos remotos podemos sentir que tenemos una enfermedad física a pesar de que otros traten de convencernos de lo contrario. La hipocondriasis o trastornos somatomorfos no son un invento quien lo vive, lo siente y una forma de ayudarlos es canalizarlos con un especialista en salud mental como un psiquiatra, donde sus síntomas no se minimicen, ni se magnifiquen, ni tampoco se brinque de médico en médico sino que se pueda entender que precisamente esta preocupación excesiva por la salud es el problema.

@fannypsiquiatra